Los Ciegos

En Los ciegos de Maurice Maeterlinck, unos cuantos personajes ciegos, solos y perdidos en una isla, esperan el regreso de su guía, incapaces de saber qué hacer ni a dónde ir. Intuyen la amenaza que se cierne sobre ellos.
Cada vez con más fuerza, el argumento de Los ciegos se manifiesta como una metáfora conectada a nuestra cotidianidad: la soledad, la falta de comunicación, la apatía, la ausencia de valores, la ansiedad, la espera, el miedo, el aislamiento, el desamparo, que, junto a una profunda crisis espiritual y ética, nos lleva a la tragedia cotidiana que jamás quisimos ver. Estamos ciegos, solos, perdidos, esperando un sentido a la existencia que no llega, y a la deriva.